PROMETO QUE LA VERDAD NO ME LA CALLO

jueves, 24 de enero de 2019

ALBA MOVIMIENTOS: Con la Revolución Bolivariana: Patria o Muerte

Tomado de Isla Mía

Como ALBA Movimientos nuevamente ratificamos nuestro posicionamiento irrenunciable junto al pueblo y el gobierno de Venezuela.

¿Cuándo entenderán los halcones imperiales y sus serviles locales que ya estamos hartos de tanta prepotencia, de tanta mentira, de tanto cinismo, de tanta muerte cosechada por su injerencia?

Tendremos que decir mil veces que el problema de la democracia venezolana es que una parte minoritaria no reconoce a la mayoría de su pueblo, esa parte que se dice llamar oposición democrática.

¿Cómo podemos creerle a una oposición que desconoce a la fuerza mayoritaria que existe en Venezuela y que lleva el nombre digno de “Chavismo”, que es el nombre político, de los pobres, las mujeres, los campesinos, los trabajadores, los pueblos originarios, los patriotas, las diversidades?

Lo que desde los medios de desinformación llaman oposición es en verdad un grupo fragmentado que compite entre sí para captar la mayor cantidad de dólares que llegan directo desde los Estados Unidos, y eso los obliga a llamar a acciones violentas para cobrar un cheque abultado. Grupo que no tiene apoyo ni legitimidad interna en Venezuela y depende de que le armen todo desde afuera.
Unos payasos patéticos que si no fuera por la gravedad de las consecuencias de sus actos serían hasta cómicos.

¿Quién puede considerar legítimo a un grupo que hace carrera política rogando a EEUU que invada su propio país? Pero como si no fuese obvio, ¿Quién puede estar de acuerdo en pedir ayuda al estado criminal más sangriento de la historia?

¿Hay que seguir aclarando tanta farsa?

¿Cómo entender que un cualquiera como Juan Guaidó, designado a dedo por un puñado de personas sea un interlocutor legítimo y democrático mientras se desconoce a Nicolás Maduro como presidente, elegido por millones de venezolanos; que tiene el reconocimiento de decenas de estados de todo el mundo y que se ha cansado de llamar al diálogo a la oposicion, la cual -vale recordar- se ha presentado a elecciones que ha ganado y perdido pero a la cual siempre se le reconoció su resultado.

Hay que entender que Venezuela es la puerta de entrada que busca Estado Unidos para generar caos y muerte en toda la región, quien piense que esto es solo un problema de Maduro, solo un problema del chavismo, padece de una miopía grave que puede costarle la vida y la historia a millones de personas en Nuestra América.

Y para quien no entienda estas razones, para quien no comulgue con el chavismo, quien tenga dudas, solo podemos decirle que ante la duda, evite ponerse del lado del imperio norteamericano y cualquier tipo de propuesta guerrerista. Esta postura podrá tener errores pero seguro que no le cuesta la vida y la dignidad, como sí sería estar del lado de los yanquis.

Para quienes enceguecidos por su odio aplauden una guerra, una invasión o un golpe de estado, la historia los juzgará como traidores a la patria, a la nuestra que compartimos millones en Nuestra América.

En estos momentos no hay medias tintas, ALBA MOVIMIENTOS somos cientos de movimientos y organizaciones de 28 paises que no nos cansamos, ni nos cansaremos de decir que defenderemos a la Revolución Bolivariana porque es nuestra, es de todos y todas, y ya estamos cansados de tanta mierda.

Llamamos a todas nuestras organizaciones a pronunciarse en contra de la injerencia en Venezuela, a desconocer el gobierno títere y artificial que pretenden imponer, a respaldar la legitimidad de Maduro al frente del pueblo y la Revolución Bolivariana.

ALBA Movimientos

23 de enero de 2019

Venezuela, Trump juega con fuego

Tomaso de Isla Mía

Atilio A. Borón.─ El emperador emitió su úkase y ungió como presidente a Juan Guaidó, un don nadie de la política venezolana, desconocido para la inmensa mayoría de la población pero construido, “pret a porter” por los medios y los marketineros norteamericanos en las últimas dos semanas. Tras el exabrupto de Trump los gobiernos que se desviven por convertir a sus países en republiquetas neocoloniales –Argentina, Brasil, Colombia, Paraguay, Honduras y hasta el degradado Canadá-  salieron en tropel a ver quién llegaba primero para lamerle las botas al magnate neoyorquino. Todo este esperpento jurídico, que sería motivo de risasi no fuera porque puede terminar en una tragedia, cuenta con la bendición de Luis Almagro (a)
“Cuánto me dan por tumbar a Maduro” y, hasta ahora, el estruendoso silencio del Secretario General de las Naciones Unidas, el portugués António Guterres que, como buen socialdemócrata, padece del tic característico de sus cofrades que lo hace mirar hacia otro lado cada vez que las papas queman en cualquier rincón del planeta. Por eso a través de su vocero pidió “negociaciones políticas inclusivas y creíbles” para abordar los retos del país, tal vez olvidándose que esas negociaciones las condujo con éxito José L. Rodríguez Zapatero en los diálogos que tuvieron lugar en Santo Domingo y que al momento de estampar con su firma los trabajosos acuerdos logrados los representantes de la “oposición democrática” venezolana se levantaron de la mesa y dejaron al español con su pluma fuente en la mano. Es que recibieron una llamada de Álvaro Uribe, habitual mandadero de la Casa Blanca, transmitiendo la orden de Trump de abortar el proceso.

La tentativa golpista, exaltada por el sicariato mediático, tropezará con muchas dificultades. No es la primera vez en la moderna historia de Venezuela que la Casa Blanca reconoce a un presidente, como Pedro Carmona, el 11 de abril del 2002, que apenas duró 47 horas en el gobierno y terminó preso. ¿Será diferente esta vez? Difícil pronosticar. Guaidó puede refugiarse en una embajada amiga en Caracas y desde allí emitir declaraciones que tensen la cuerda y fuercen una confrontación con Estados Unidos. Por ejemplo, ante la orden del presidente Maduro de que el personal de la embajada de EEUU abandone el país en las próximas 72 horas el mequetrefe imperial puede decirles que permanezcan en Venezuela. Otra alternativa es que se instale en alguna ciudad fronteriza con Colombia y desde allí, con la bendición de Trump, los tufos malolientes de la OEA y las neocolonias latinoamericanas proclame una nueva república, protegida por los “paramilitares” colombianos y el narcogobierno de Duque, Uribe y compañía y exija su reconocimiento internacional ante la OEA y la ONU.

Cualquiera de estos dos escenarios confirman por enésima vez que si hay algo que ni los imperialistas ni la derecha venezolana quieren es el diálogo y la subordinación a las reglas del juego democrático. Es evidente que ambos buscan la confrontación, sea aplicando el modelo libio o el ucraniano, diferentes pero similares en cuanto a las miles de víctimas fatales y los centenares de miles de refugiados que hubo ambos países. Pero más allá de las fake news las cosas no serán tan fáciles para los asaltantes del poder presidencial. La base chavista está muy firme, y lo mismo puede decirse de las fuerzas armadas bolivarianas. Una “solución” militar requeriría un impopular envío de tropas norteamericanas a Venezuela, en momentos en que en la Cámara de Representantes cobra fuerza el proyecto de someter a Trump a un juicio político. Y si a los 26.000 hombres enviados a Panamá en diciembre de 1989 para capturar a Noriega y controlar esa ciudad tuvieron que luchar a brazo partido durante dos semanas para lograr su objetivo, ante un pueblo indefenso y unas fuerzas armadas sin equipamiento, la opción militar implicaría, en el caso de Venezuela, un riesgo enorme de re-editar un fiasco como Playa Girón o, en una escala mayor, la guerra de Vietnam, aparte de desestabilizar la situación militar en Colombia ante el recrudecimiento de la guerrilla. La belicosidad de Washington contra Venezuela es una respuesta a la derrota militar que EEUU sufriera en Siria luego de seis años de ingentes esfuerzos para derrocar a Basher al Assad. Por otra parte no es un dato menor que países como Rusia, China, Turquía, Irán, México, Cuba y Bolivia han rehusado brindar su reconocimiento diplomático al golpista y esto cuenta en el tablero de la política mundial. Por lo tanto no habría de descartar que Guaidó termine corriendo la misma suerte que Carmona.

miércoles, 23 de enero de 2019

Psicosis Paranoides Crónicas (Trastornos de ideas delirantes): la respuesta a los delirios de #JoséDanielFerrerGarcía #UNPACU

Tomado de Yo creo como hablo

Por Karolina Alonso
Anteriormente postee el trabajo titulado Historia clínica de José Daniel Ferrer García, llegada a mis manos a través de la que fuera su esposa la doctora Nelva Ismaray. Para un acercamiento al padecimiento psiquiátrico de José Daniel Ferrer, más aterrizado hacia una comprensión de los lectores, he buscado explicación especializada del diagnóstico que el propio especialista realizara para ilustrarnos con qué pudiéramos lidiar.
Por temor a represalias que resulten en violencia física o de cualquier otra índole, el especialista insiste en proteger su identidad.
Espero realmente que estos post que he venido publicando periódicamente sobre José Daniel, sirvan para que los pobladores de Cuba y del mundo, pero fundamentalmente de nuestro Santiago, se convenzan de que este hombre no es más que un mercenario trastornado psíquicamente que, aunque logre una aparente vida social común, sus deseos políticos, por decirlo de alguna forma, no son más que el resultado de su Psicosis Paranoide Crónica, (Trastornos De Ideas Delirantes).
Psicosis Paranoides Crónicas (Trastornos de ideas delirantes).
Es una afección psiquiátrica funcional de nivel psicótico, donde los factores endógenos (internos) y del entorno de tipo psicosocial, facilitan un papel patogénico con aparente equilibrio psíquico. Su manifestación clínica va asociada a una actividad delirante más o menos sistematizada, q evoluciona en forma más o menos sistematizada y prolongada, sin hacer evidente un marcado deterioro de la personalidad, por lo cual son delirios crónicos no deteriorantes.
Se consideran como determinantes los factores genéticos (antecedentes familiares) y noxas o eventos psicosociales-fundamentalmente del tipo de las frustraciones significativas. Se aprecia “relativa” normalidad en el resto de las funciones psíquicas. Lo más común es la conservación relativa de la personalidad y la posibilidad de “convivir con el delirio” y mantener hasta etapas muy avanzadas, un comportamiento social q no evidencie notable deterioro de la personalidad. Sus 3 formas clínicas más significativas son la paranoia, el estado paranoide simple y la parafrenia tardía.