“Diario de Cuba”, un tendencioso y
conocido medio alternativo de prensa anticubano, a filtrado un carta
elaborada por jóvenes periodistas cubanos del periódico “Vanguardia” de
Santa Clara, leída y discutida el pasado 8 de junio de 2016 en el pleno
de la UPEC en la propia ciudad.
Cuando leemos la misiva, publicada a su
vez en el propio sitio, se aprecian (en mi modesto criterio) ciertos
justos reclamos por parte de estos jóvenes, los que desde la defensa de
sus criterios, alertan sobre la necesidad de un cambio en la prensa
cubana, y no en la “prensa” en sí misma, sino en la política informativa
del país y de los órganos oficiales de prensa, aunque, confieso, no
comparto la totalidad de los argumentos que aducen estos jóvenes, como
por ejemplo, olvidan mencionar siquiera el componente ético en sus
acciones y en sus publicaciones en otros medios de prensa oficiales,
cuestiones a las que me he referido en innumerables ocasiones en este
espacio. En todo caso, si la ética no existiera entonces Martí jamás
hubiera sentenciado aquello de que: “(…) si está la bandera, no sé, yo
no puedo entrar”, en su célebre poema “La bailarina española”, pero como
ese no es el objeto de este artículo, lo dejamos para otro día, o los
remito a otros artículos de este blog, que sí hablan de eso.
En fin, que si yo fuera periodista, ni
aunque me estuviera muriendo de hambre, publicaría ni tan siquiera una
foto en OnCuba, ni en Progreso Semanal, ni en IPS, ni en Havana Times,
ni en Periodismo de Barrio, ni en El Estornudo, ni en El Toque, así me
pagaran 1 millón de dólares.
Otra de las visiones que no comparto, por
ejemplo, es la visión demoníaca con la que se quiere hacer ver a la
“censura”, la que considero, a título personal, es necesaria, y más aún
en las condiciones que precisamente vivimos desde hace años en esta
isla, que es la de ser una de las naciones más asediadas, mediáticamente
hablando, de todo el orbe
Ahora el problema de “colaborar” con
OnCuba (o con cualquier otro medio alternativo) no radica en esa simple
acción, sino de, precisamente, lo que algunos escriben para
“cola…cobrar”, como por ejemplo el propio jovencito Yuris Nórido,
periodista del noticiero cultural quién dijo algo así como que iba a
esperar que rumbo tomaba el país para afiliarse a un bando, en una clara
muestra de insensatez, no ya como revolucionario (lo cual no creo que
sea), sino más bien como cubano o como patriota. Ese sería un claro
ejemplo de alguien que NO QUISIERA TENER EN MI TRINCHERA.
Con relación al aumento salarial sólo me
hago una pregunta: el resto de los sectores del país que no se han visto
beneficiados AÚN por los crecientes y necesarios cambios de la política
económica y social de la Revolución y que no son precisamente “la
prensa” ¿no son cubanos ya? Con esto que he mencionado no se confundan
mis criterios con un ataque a estos jóvenes, sino sirva como
recordatorio de que los aumentos salariales deben ser ordenados,
escalonados y con calma, ya que “de golpe y porrazo” sería
contraproducente no sólo para sectores específicos, sino para la
sociedad toda.
Con relación a lo de que nadie los “usa”,
ni se vale de su “supuesta ingenuidad”, es discutible en ciertos casos.
Lo que pasa es que algunos quieren “tomar chocolate” sin “pagar lo que
deben” y en cuanto sueltan uno de esos llamados “artículos polémicos” y
son criticados por cualquiera, enseguida enarbolan la bandera de la
“censura” y de la “cacería de brujas” y, en cuanto esto sucede, arrecian
la crítica.
Un poco haciendo alusión a mi artículo
anterior, donde me refería a la falta de contexto, un tal Javier Simoni
Delgado, que suscribe el artículo, ha puesto en evidencia sus dotes de
buen manipulador y oportunista, tergiversando la esencia de lo que
realmente quisieron decir estos jóvenes para convertirlo en una “elegía
contra persecución política”, pero está claro que esa tarea es la de
“Diario de Cuba” y la de sus amos.
A estos jóvenes les digo que a pesar de
que repito, existen reclamos justos entre sus criterios, la energía de
su juventud no los debería llevar a la inconsecuencia. A ellos sería
pertinente recetarles altas dosis de José Julián Martí y Pérez en vena y
sin miseria.
A Diario de Cuba y a Javier Simoni, mucho, pero mucho, pero mucho… laxante.
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