Por Samuel Alejandro:
Una vez más la retórica
anticubana y la manipulación con que se maneja la temática referida a Cuba, desde
“El Nuevo Herald” queda al desnudo,
pero esta vez son los propios opositores de dentro y fuera de la isla los que arremeten
en contra de este espacio que por tantos años ha sido considerado uno de los
bastiones de la desinformación.
“La mentira ha sido, históricamente, la principal estrategia editorial
del periódico de la contrarrevolución cubana en Miami El Nuevo Herald. Durante
décadas, dicho libelo le ha tomado el pelo a sus lectores con infundios de todo
tipo, especialmente aquellos relacionados con la Revolución y la realidad
cubana”.
“… a falta
de profesionales dignos de una publicación medianamente seria, (El Nuevo Herald) se dedica a repetir los rumores de las redes sociales, o simplemente a
inventar represiones contra mercenarios que solo existen en las computadoras de
su redacción”.
Extrañamente, en esta oportunidad, no son los mal
llamados “blogueros oficialistas” los
que han arremetido en contra de las inventivas publicadas por una de las “columnistas estrellas” de El Nuevo
Herald y son los mercenarios Guillermo
Fariñas Hernández y Berta Soler
Fernández los que, insatisfechos con los criterios emitidos por Nora Gámez Torrez, la han acusado de
agente castrista y aliada del régimen, suscitándose una controversia que ha puesto al
descubierto la falta de profesionalidad y superficialidad con que se “cocinan” los temas referidos a Cuba, viéndose
obligada, en esta oportunidad, la directiva de El Nuevo Herald, a desmentir las
constantes críticas que Nora Gámez (al
parecer inconsultamente) ha venido realizando en contra de los últimos acontecimientos
que han ocurrido en el seno de la contrarrevolución cubana.
Lo cierto es que la pretendida Libertad de Expresión por lo que tanto abogan los disidentes como
Fariñas y Soler, le ha jugado una mala pasada a la periodista Nora Gámez Torres, la que se ha
atrevido a emitir criterios inconsultos sobre interioridades de los engendros
encabezados por estos mercenarios y como resultado ha tenido sufrir en carne
propia las acusaciones recurrentes contra quien se atreve a comentar algo fuera
del discurso letánico y caduco de estas marionetas, sencillamente, de la noche
a la mañana ha pasado a ser, de “periodista
estrella” de El Nuevo Herald, a una “agente
castrista del régimen”.
Lo cierto es que ahora, no se sabe por qué motivo o
fuerza mayor, El Nuevo Herald intenta desmarcarse de los trabajos periodísticos,
que desde hace algún tiempo, ha venido publicando Nora Gámez Torres y hasta han llegado a retirar de este sitio
algunas de las publicaciones que en su momento causaron verdadera conmoción
dentro de la gusanera interna y externa. Cabe preguntarse que vendrá ahora. ¿Quedará
Nora Gámez despedida inesperadamente? ¿Atribuirá este medio de desinformativo
estas publicaciones a misteriosos y delirantes Hakeos informáticos como en su momento los realizara el Faquir de Pijirigua (Guillermo Fariñas) para justificar sus constantes variaciones de conductas y discursos contradictorios?
Esperar para ver, por ahora creo conveniente comenzar una colecta para ayudar a Norita cuando sea una más de las tantas fichas desechadas por la industria propagandística contra Cuba.
Nota: Para
la conformación de este trabajo se realizan citas textuales a los medios digitales
“Cambios en Cuba” y “Cuba si”.
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