Candil de Miami y oscuridad en su casa

Tratar de inculpar,a través de la red social twitter, al Presidente de los Consejos de Estado y de Ministros, Raúl Castro Ruz, de los constantes actos populares de desprecio al mercenario Guillermo Fariñas Hernández no merece ni la más mínima de las atenciones, más cuando este mentiroso enfermizo continúa difamando sobre presuntas golpizas y represiones de las cuales, inexplicablemente,   no ha podido presentar ni una sola imagen.

En cualquier lugar del mundo, vincularse a terroristas internacionales como Luis Posadas Carriles constituiría un delito y generaría repudio. No se puede pretender que el pueblo cubano olvide la sangre derramada por sus hijos en cobardes actos de los que sus autores hoy son confesos, aún cuando permanecen impunes sin ser llamados por el sistema judicial de los EUA para responder por estos asesinatos.

Éticamente inaceptable resulta el papel que le ha tocado jugar a presuntos periodistas y medios de prensa radicados en Miami los que constantemente tratan de distorsionar la realizad cubana sobredimensionando y burlándose de las carencias de un pueblo al que rechazan constantemente, aún cuando ellos mismos reconocen que “se les hace muy difícil convencer sin imágenes ni pruebas sobre lo que en Cuba pasa” por lo que recurren una y otra vez a grabaciones desfasadas sobre sucesos aislados presentándolos como recurrentes.

Vale la pena esperar a lo que pudieran fabular sobre las últimas invenciones del flamante premio Andrei Sakjarov, Guillermo Fariñas Hernández, el que al verse sin el apoyo de sus escasos seguidores (por no pagarles luego de dos meses), se lanzara semidesnudo a las calles de Santa Clara en busca de un reconocimiento popular que nunca ha tenido y del que insisten, sus financistas en Miami,en proyectar al mundo.