David Bustamante Rodríguez: herramienta de una oposición homofóbica en Cuba.

Desde el año 2007 se sucede en nuestro país el evento más público y esperado de la Jornada Cubana contra la Homofobia, que el Centro Nacional de Educación Sexual (Cenesex), promueve con motivo de la celebración del Día Mundial contra la Homofobia cada 17 de mayo. 

Mariela Castro Espín, quien desde el año pasado es diputada al parlamento cubano, ha resaltado que este año la jornada tuvo lugar tras la aprobación y puesta en marcha en la isla de un nuevo Código del Trabajo, que prohíbe la discriminación laboral por orientación sexual e identidad de género. Esta medida vine a incrementar la legitimación de programas en favor de los derechos de las minorías sexuales, incluido el cambio de sexo de manera gratuita.

“La sociedad cubana avanza en esta lucha, son cada vez más las instituciones y los grupos sociales que nos apoyan, que se nos unen, aunque enfrentamos todavía resistencia por parte de personas que no comprenden la innegable naturaleza inclusiva del proceso revolucionario cubano”, ha aseverado Mariela.

En reconocimiento a esta voluntad política, el CENESEX fue digno anfitrión, entre el 6 y el 10 de mayo del 2014, de la VI Conferencia Regional de la Asociación Internacional de Lesbianas, Gays, Bisexuales, Transexuales e Intersexuales para América Latina y el Caribe (ILGALAC) donde participaron 400 delegados de la llamada comunidad LGBTI (Lesbianas, gays, bisexuales, transexuales e intersexuales) de América Latina y el Caribe.

"Mi padre me apoya, pero él no puede decidir por sí solo. Hay que lograr un consenso y estamos trabajando en ese sentido".  (…) "Hubiese querido que fuera más rápido, pero yo no pierdo la esperanza. Yo estoy convencida de que este momento va a llegar muy pronto", explica Mariela Castro Espín.

Aun cuando las trasformaciones y proyecciones sobre este tema son evidentes, llama por estos días la atención la manipulación que se lleva a cabo por parte de los medios de prensa radicados en Miami que se hacen eco de los cacareos del lunático Guillermo Fariñas Hernández (Coco Fariñas), donde hacen aparecer un caso de delito común por Alteración del Orden, como una escalada de represión de las autoridades cubanas en contra de estas minorías sexuales.

En este caso le ha tocado a Daniel Bustamante Rodríguez hacer las delicias para Fariñas, contribuyendo a través de su actitud irreflexiva, agresiva e irresponsable a que este gurú de las “Huelgas Hambre” y de las Actividades Provocativas Fantasmas continúe enriqueciéndose con las mesadas que le otorgan sus patrocinadores desde Miami como pago a sus caldos de cultivo mediáticos.

David Bustamante no es un gay víctima de la represión en Cuba como quieren presentarlo al mundo, no es un opositor concienzudo y mucho menos un símbolo de algo que no sea un antisocial más de los que se ha rodeado el Coco para aparentar su inexistente liderazgo. David Bustamante ha seguido el juego de su amo violando las leyes y debe pagar como pagaría cualquier ciudadano en cualquier parte del mundo sea gay, campesino, obrero, magnate o mercenario.

No se reprimen en Cuba a personas por su orientación sexual y esto lo conocen muchos de nuestros artistas, intelectuales, profesionales de la salud y la educación, obreros, estudiantes, etc., y no se reprimen, sencillamente, porque son personas dignas, responsables, integras, más allá de su orientación sexual. Claro, esto lo desconoce Guillermo Fariñas, el que no tardó ni un día en difundir al mundo que Daniel Bustamante es gay pero que además es un enfermo de VIH, porque para Guillermo Fariñas Hernández, alias El Coco, estas condiciones hacen que Daniel Bustamante sea, nada más y nada menos, que una persona diferente a nosotros.