PROMETO QUE LA VERDAD NO ME LA CALLO

viernes, 11 de octubre de 2013

Bufones se van de viaje.


Un nuevo modismo se viene erigiendo en el seno de los agrupamientos de antisociales vinculados a las actividades de “oposición pacífica”, derivado de las flexibilizaciones migratorias que el gobierno revolucionario materializara durante el mes de enero del 2013.

¡Todos los cabecillas quieren viajar! Ya ha sucedido con el Coco Fariñas y luego con el placeteño Jorge Luis García Pérez, alias Antúnez, por lo que la barriotera Damaris Moya Portieles no quiere quedar detrás y responde con entusiasmo a la invitación que le cursara el gobierno Polaco,quien se ha ofrecido generosamente para sufragar una estancia en aquel país por donde ha pasado últimamente toda la fauna contrarevolucionaria cubana.

¿Cuál es el problema entonces?¿Qué acongoja a Damaris en esta oportunidad? Pues la respuesta es la misma de siempre: ¡Dinero! Quiere que le den más dinero para viajar, pero bien sabe ella que el dinero no se regala. Hay que fabricarlo como sea y en eso ella se destaca.

Fabricar noticias sobre actividades provocativas, actos represivos de las autoridades y supuestas contingencias sociales dentro de Cuba ha sido la constante en las exigencias de “reportes” de los medios de difusión de la ultraderecha radicados en Miami, los que se dejan engañar por los mercenarios internos, para a la vez ellos, garantizar su existencia misma.

El pasado 10 de Octubre, cuando el pueblo homenajeaba el inicio de las gestas independentistas liderado por el Padre de la Patria, Carlos Manuel de Céspedes, un reducido grupo de delincuentes comunes al servicio de Damaris Moya simularon una actividad provocativa en un área rural del municipio Santa Clara, donde solamente existió como testigo un niño que extrañado los observó como vociferaban frases indescifrables para él, mientras Damaris reportaba el “suceso” a medios informativos que no demoraron en replicarlos como trascendental ocurrencia.


Nada, que cuando de viajar y de dinero se trata, vestirse de bufones es para algunos un placer. Aunque bueno, no dejo de reconocer que dan risa.  

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