Edmundo García.-- El llamado “opositor” de Placetas Jorge Luis
García Pérez, Antúnez, apareció en el programa La séptima provincia del
15 de febrero, en la estación La Poderosa de Miami, también llamada “La
poca cosa” porque su escasa significación. El mencionado programa es
conducido por Héctor Fabián, un menudo frágil Rambo de esquina, a quien
sus propios conocidos llaman Capitán de los Mosquitos por su apariencia
vectorial.
Para hacerse el guapetón junto al mencionado personaje, Antúnez envió
saludos y deseos de mejoría de salud al terrorista Luis Posada Carriles y
pidió libertad para el también terrorista Eduardo Arocena, a quien ni
sus propios cómplices en crímenes contra civiles quieren ayudar. Antúnez
calificó a Arocena de “preso político”, que según un artículo de The
New York Times publicado el 23 de julio de 1983
(http://www.nytimes.com/1983/07/23/nyregion/suspected-head-of-omega-7-terrorist-group-seized.html)
era uno de los principales líderes de la organización terrorista Omega
7, señalada por poner más de 30 bombas en Miami y provocar al menos dos
muertes.
Sobre el mencionado terrorista, a quien Antúnez elogia como si se
tratara de un luchador por la libertad, escribí hace unos años el
artículo titulado “Revela Lincoln Diaz-Balart que junto a Ileana
Ros-Lehtinen y Mario Diaz-Balart buscó el indulto del terrorista Eduardo
Arocena”; de ese artículo comparto este párrafo para que se vea la
naturaleza de los nuevos ídolos de Antúnez: “Eduardo Arocena fue
sentenciado a dos cadenas perpetuas el 22 de septiembre de 1984, pena
que empezó a cumplir el 9 de noviembre de ese mismo año. Fue fiscal en
su causa Rudy Giuliani, un abogado tenido por recto en el ejercicio de
su profesión. Hasta sus partidarios reconocen que Arocena quiso atentar
contra la vida del embajador de Cuba ante Naciones Unidas Raúl Roa Kourí
y dañó propiedades con el uso de explosivos. Arocena mintió ante un
Gran Jurado, fue encontrado culpable de 25 cargos que incluyen el
asesinato del diplomático Félix García Rodríguez. Durante el proceso
Arocena confesó que había participado en la introducción del dengue en
Cuba, enfermedad que causó la muerte a 120 niños y otros mayores.”
(http://latardesemueve.com/archives/772)
Como Antúnez sabe que en Miami tiene que ser complaciente con los grupos
cubanoamericanos más violentos si quiere conseguir los dolares que a él
no le van a dar Jorge Mas Santos y la gente de la Fundación Nacional
Cubano Americana, se dedicó a criticar a Eliecer Ávila, a quien el
mencionado Héctor Fabián ubica entre los jovencitos que tienen el pico
de oro y hablan mucho pero no hacen nada. Antúnez alardeaba como
defensor del “golpe duro” contra Cuba, y tiraba a relajo a Eliecer como
representante del “golpe suave”.
Ambos son “luchadores”, es verdad; Eliecer es un tumbador de dinero por
vía pacífica y Antúnez es un tumbador por vía armada. Las dos falsas; ya
que el primero es un oportunista disfrazado de cordero y el otro un
cobarde escondido detrás de palabras altisonantes.
Mientras posaba como miembro de la “línea dura”, Antúnez cometió la
imprudente socarronería de reconocer que se encontraba en Miami
“conspirando” para ayudar a malograr el progreso de las relaciones entre
Cuba y Estados Unidos. Los nuevos amigos de Antúnez también revelan la
hipocresía del pacifismo de su verdadero jefe, el auto titulado
ejecutivo nacional del Directorio Democrático Cubano Orlando Gutiérrez
Boronat.
Antúnez trató de ganarse a los extremistas de Miami alardeando de que él
había desafiado a Eliecer Ávila en la residencia de un diplomático en
La Habana, ya que Eliecer había dicho que en los casos de terrorismo
habría que juzgar en Cuba a criminales residentes en Miami. Héctor
Fabián, que está absolutamente desactualizado de la verdad sobre estas
personas, no entendía que tanto su admirado Antúnez como su criticado
Eliecer son dos payasos del mismo circo de la llamada y pagada oposición
cubana.
Mientras descalificaba a otros mercenarios como él, Antúnez pedía
clemencia para asesinos que entraron a Cuba a matar. Y mataron de hecho.
Antúnez defiende las intenciones de personas como José Ortega Amador,
Obdulio Rodríguez González, Raibel Pacheco Santos y Félix Monzón
Álvarez, que fueron detenidos en Cuba con planes para realizar acciones
terroristas. La propia prensa anticubana de Miami reconoció que Raibel
Pacheco Santos, de 31 años y residente en Hialeah, registró en el 2009
una llamada Fuerza Cubana de Liberación, cuyo documento de inscripción
fue publicado por Cubadebate el 8 de mayo del
2014(http://www.cubadebate.cu/noticias/2014/05/08/uno-de-los-detenidos-en-la-habana-fundo-empresa-paramilitar-en-miami-documentos/#.VsSGzY-cGUk).
Antúnez también defiende y considera preso político a personas como
Armando Sosa Fortuny, sancionado el 25 de abril de 1996 a 30 años de
prisión por las acusaciones de infiltración, entrada ilegal a la isla y
delitos contra la Seguridad del Estado.
Lo más demencial de las declaraciones de Antúnez en Miami justificando
la realización de acciones violentas contra Cuba, es que se producen
solo días después de que testificara como pacifista ante el Congreso de
los Estados Unidos. Como refleja Manuel H. Lagarde en el artículo
“Disidentes cubanos en el Congreso de EEUU: Un caso de microcefalia
política”
(http://cambiosencuba.blogspot.com/2016/02/disidentes-cubanos-en-el-congreso-de.html),
el pseudo pacifista Antúnez pidió una vez más el mantenimiento del
bloqueo, una política que ha querido rendir por hambre al pueblo cubano.
Además del terrorismo, Antúnez defiende como un traidor el genocidio de
su propia gente.
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